miércoles, 28 de septiembre de 2011

COSAS QUE NOS HACEN LLORAR

España.
La meseta en invierno.
Los latinoamericanos disfrazados de animales en el Retiro.
El spray de pimienta.
Los niños extremeños y el analfabetismo en Castilla.
La gente que se quita la camiseta en los discopafs.
Rockdelux y todo lo que representa.
El urbanismo
Las pajas como concepto.
Cierta gente.
Las gafas sin cristal.
Pedro Piqueras.
Reírse mucho.
Escribir fanzines.
Las chustas.
El discurso de Navidad del rey usurpador.
Un buen plato de cuchara.
Que todos tus colegas follen y te quedes solo, joder.
Temporadas prolongadas de dolor extremo.

domingo, 11 de septiembre de 2011

UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS



¿Qué nos transmite esta imagen? Confianza
El señor Rubalcaba, gran amigo nuestro, posa en esta foto con aire desenfadado en un ambiente hogareño con la intención de provocar confianza a su target objetivo: el progre nostálgico de los 70 - 80
Pero si vamos más allá de lo que podemos ver en la foto, si interpretamos a RUBALCABA ¿Qué podemos ver en esta foto?
Podemos ver a un hombre que seguramente acabe de remangarse la camisa para hacer algún trabajo sucio, alguien que seguramente acaba de cometer atrocidades sin nombre para que TU, SI TU, puedas disfrutar un día más de una vida anodina en un estado de derecho y puedas dormir en una cama seca y darte una ducha caliente.
Alguien capaz de moverse por las cloacas del estado, un Fouché de nuestros tiempos, capaz de pegarte con una barra de hierro en los riñones en un húmedo sótano hasta que confieses que malvadas intenciones albergas hacia nuestra amada ESPAÑA

Asomémonos juntos, amantísimo lector, a los abismos insondables del alma de este hombre. Un hombre que ha ennegrecido su alma para que tu y yo podamos dormir sin miedo por las noches. A menos que seas uno de sus enemigos, entonces sí que deberías tener miedo
Y deberías huir. Huir lo más lejos que puedas aunque sepas que da igual. Porque una fría noche te encontrará. Y las cosas que te hará por nuestro bien... esa clase de cosas que le hacen revolverse incómodo cuando oye llorar a un niño o cuando ve un tenedor.